domingo, 30 de octubre de 2011

Lo que siente uno por los políticos.


Hace mucho no había catarsis mis hermanos...


No ha sido por falta de ganas, sino por falta de palabras adecuadas -fuera de las acostumbradas soeces- para poder arrojar de mis entrañas la frustración y enojo que me causa la situación actual; pero la fortuna quiso que viniera en mi ayuda el maestro Arturo Pérez-Reverte -con Patente de Corso incluida- y su peculiar talento para sacar agua y sangre de las piedras del idioma español...

Asi sin más les presento el artículo "Esa gentuza" escrito por Arturo Pérez-Reverte para su sección Patente de Corso que se publica en varios diarios electrónicos de habla hispana.

Esa Gentuza.

Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.

jueves, 14 de abril de 2011

Desenpolvando viejos artículos

Así es mis ardorosos, ando de vena nostálgica, y me gustaría poner a su paladar un viejo artículo que escribí como prueba para una revista, y que conjuga dos de mis grandes aficiones: las artes marciales y Starwars (si, si.. patético) pero, ai´les va:


Las Artes Marciales y los caballeros Jedi.

Por Fionn MacHumhaill.

“Luke estaba agotado y jadeaba al respirar.

-No puedo, es demasiado grande.

-El tamaño no importa –insistió Yoda- carece de significado. Mírame. Juzgame por mi tamaño ¿quieres?

Escarmentado, Luke se limito a menear la cabeza.

-Sera mejor que no lo hagas- le aconsejó el maestro Jedi. -Tengo a la Fuerza como aliada. y es una aliada poderosa. Crea vida y le permite desarrollarse, su energía nos rodea y une. Nosotros somos seres luminosos, no esta materia tosca...”

Donald F.Glut.

-El imperio Contraataca

La conversación anterior quizás la hemos escuhado muchas veces, en las novelas y las películas de George Lucas. Seguramente en nuestra imaginación, quisimos ser un valiente caballero Jedi y luchar por la paz de la galaxia, pero ¿porque es tan exótica y a la vez tan cercana la mentalidad y la conducta de los caballero Jedi? ¿alguna vez se han preguntado si en verdad existe la Fuerza? ¿será fanatismo cuando algunos bromistas dispersaron el rumor que existe en Australia una religión Jedi, y muchos la consideraron seriamente? ¿se puede realmente alcanzar la paz interior como un caballero Jedi?

En realidad el camino del jedi no es más diferente al que pueden tomar un monje Zen, un Iman del Islam, un sacerdote cristiano ó personas comunes como ustedes o yo; como dijo Obi-Wan Kenobi:

“...Aprenderás que todas las verdades que conoces dependen de ciertos puntos de vista.”

El origen del camino Jedi sin duda se remonta al lejano Oriente. De una forma intencional, y otras veces intuitiva, George Lucas retomó filosofías como el Budismo Zen, o el Tao Te Ching. Tambíen se ha enriquecido su contexto con los principios de disciplinas como las artes marciales e incluso el Yoga.

Hace mucho tiempo, el samurai más famoso de la historia Shimen Miyamoto Musashi, creador del estilo Niten ichiryū (escuela de los dos cielos) o Nitō ichiryū ó escuela de las dos espadas en una (estilo que permitía al guerrero utilizar la espada larga o Katana y la espada corta o Wakizashi al mismo tiempo) escribió en su obra, el rin no Sho o Libro de los Cinco Anillos:

“Haga del Kū su camino. y haga del camino su Kū. En el Kū hay bien y no hay mal, cuando hay razón, hay sabiduría y hay camino, hay Kū.”

El Kū (vacío) no se refiere a la nada o a la ausencia. Se refiere a aquellas cosas que solo se pueden ver con los ojos de una mente tranquila y en paz. Esta es una aproximación a lo que podemos entender como la Fuerza. Un practicante de artes marciales puede lograr acercarse a un estadio de perfección interior o Satori (como se le llama en el Zen) y combatir plena y descisivamente. Un verdadero artemarcialista no busca vencer ni humillar al oponente, el verdadero guerrero no busca la victoria, la victoria lo encuentra a él. El oponente no es su enemigo, y no alberga resentimientos ni odio sobre él, porque es parte del Todo.

Seguramente al estar leyendo esto, te preguntas ¿y dónde quedan Van Damme, Steven Seagal, o Jackie Chan? ¿acaso no el arte marcial no es un arte de guerra? ¿las artes marciales se hicieron sólo para defenderse? pero, ¿acaso no se entrenaba un samurai para matar a su oponente? La respuesta es muy sencilla: el verdadero guerrero no actúa conscientemente. Es parte de la escencia del zen. Los actos sin intenciones jamás encajarán dentro de los valores éticos o morales. En la saga de Star Wars los caballeros Jedi combaten a su oponente, sin humillarlo; sin embargo su respuesta siempre es directa y contundente (¿recuerdan el incidente de Obi-wan Kenobi y Luke en la cantina de Mos Eisley?), un Jedi no busca el conflicto, pero su respuesta será definitiva. No existe la intención de matar o mutilar, simplemente actúan.

Lo explicaré de otro modo.

Cuando un volcán hace erupción y arrasa zonas habitadas, ¿pueden encontrar mal alguno en la destrucción que ocasiona? No. Esto se debe a que no existe la intención del volcán de hacer erupción y acabar con todo a su alrededor. Sólo pasa. Así, un verdadero guerrero no piensa, no impone límites a su cuerpo, simplemente actúa. Cuando el Jedi actúa con su mente en silencio, el cuerpo ya sabe lo que tienen que hacer, porque para eso se ha entrenado durante años; así hará lo que sea necesario y no temerá a que su mente sea traicionada por deseos y pensamientos sinestros.

Hasta este punto hemos encontrado la simetría entre los Jedi y las artes marciales, pero es importantísimo mencionar que las personas que practican las artes marciales no son las únicas que pueden alcanzar el estado de paz interior que admiramos de un Jedi. Shimen Miyamoto Musashi llamaba a su camino para la comprensión y el entendimiento Heihō, y se basaba en los siguientes preceptos:

1. Nunca abrigues designos siniestros.

2. Prosigue con diligencia el camino de Las dos espadas en una.

3. Cultiva un amplio rango de intereses en las artes.

4. Sé un conocedor de diversas ocupaciones.

5. Sé discreto con respecto a tus tratos comerciales.

6. Nutre la habilidad para percibir la verdad en todos los asuntos.

7. Percibe lo que no se puede ver con los ojos.

8. No seas negligente ni siquiera en los asuntos sin importancia.

9. No te comprometas en actividades inútiles.

Pero en si tu camino no es el de las artes marciales puedes segurir tu propio Heihō: Si eres capaz de apreciar el arte de la naturaleza, estás sin duda en el camino correcto. Si tienes la dedicación necesaria a tu trabajo o estudio, si has disciplinado a tu mente y a tu cuerpo para hacer tu trabajo u oficio, de forma que se te hace fácil realizarlo, y que además sientes placer de hacerlo, haz encontrado el sendero del Satori. Si eres diestro en algo y compartes esta destreza de forma honesta con tus semejantes, y ellos pueden sentir la alegría con la que haces las cosas.... lo has logrado.

Si todo esto aún no te convence, y crees que es necesario hacer un viaje trascendental al Japón o tener que navegar en el espacio en busca del sistema Dagobah; déjame contarte algo muy interesante: A pesar que Musashi creía en la religión Shitoísta, y que vivió además la influencia del Zen, el jamás tuvo maestro alguno. Su escuela fue la vida y sus maestros, sus oponentes y la gente con la que convivió.

Este artículo te puede ayudar a buscar el sendero de la Fuerza.... pero ten cuidado, también podría –desde otro punto de vista- confundirte; la practica de las artes marciales, el Yoga, o el Zen, no implican de ninguna manera un atentado a una religión ó creencia. Estas disciplinas, por el contrario, te permiten dentro de lo posible, reafirmar tus convicciones ó creencias no importa cuales sean... que la Fuerza te acompañe.

martes, 8 de febrero de 2011

¿porque despiden a Carmen Aristegui? ¡Ora, si estamos chupando tranquilos!


No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.
-Frase atribuida a Voltaire.
(a ver si después no me corren por andar difundiendo un rumor)

Libertad de expresión...¡¡MIS POLAINAS!!


Mi polaina Izquierda.
Así es mis estimados catárticos flamígeros. La libertad de expresión en México está atrapada entre dos fuegos: Por un lado los que la utilizan impunemente para calumniar o para tratar de esparcir la desconfianza en un pueblo de por sí desconfiado; y por otro lado la libertad está siendo acotada por serviles empresas de "comunicación" que bajo supuestos códigos éticos suprimen cualquier cosa que no aprueben; demostrando que estas empresas no son sino esclavas de sus propios intereses.

Para los que no se han enterado todavía, la empresa MVS despidió a la periodista Carmen Aristegui por "difundir un rumor como una nota".
pero hay que dar el antecedente directo: Durante la fallida sesión de la cámara de diputados de la semana pasada, un grupo de diputados del PT colocaron una manta que alude a un supuesto problema de alcoholismo del Presidente Calderón. A lo la bancada del PAN presa de una indignación peor que la de un televidente mexicano que ve top gear;  abandonó la sesión dándole el tiro de gracia al modelo partidista-parlamentario.

Lo peor del asunto fue que los diputados del PT (si queremos ver la Mantita como un mero acto provocador y ávido de protagonismo) reventaron la sesión y nada de discutir ni mucho menos aprobar reformas. ¿no será acaso que los diputados de todas las fracciones, son como los empleados de las Delegaciones, que cada viernes de quincena se inventan una amenaza de bomba para irse temprano? Pues ya instalados en el sospechosismo, en una de esas nuestros parásitos parlamentarios se inventan un escándalo frecuente pos nomás pa´no chambear.

El supuesto alcoholismo de Calderón no es algo nuevo; se ha manejado desde hace mucho tiempo, pero hasta ahora (porque hasta que alguien no presente pruebas sólo puede ser eso) es simplemente un rumor...y se está utilizando un RUMOR como una burda herramienta para hacer política; poniéndose al nivel de la leyenda urbana de los engendros mutantes sin cabeza que utilizan en Kentucky Fried Chicken.

Muy mal por los pseudoizquierdistas (como Fernández Noroña) que utilicen una cuestión tan grave para golpetear (por supuesto que sería algo muy grave tener un presidente alcoholico) pero, en vez de aportar pruebas, se dediquen a atacar a aquellos que les piden que sostengan y comprueben sus afirmaciones. Esta actitud resentida contribuye a que ahora la tendencia general sea acallar a los que exigen claridad.


Mi Polaina Derecha.
Por otro lado, pésima la actuación de aquellos que como viles lacayos (Panistas, Televisa, MVS y los que me digan) censuran a aquellos que exigimos respuestas.

Así como se calló lo del Jefe Diego bajo la idea del "respeto a la familia del secuestrado", ahora resulta que no se debe hablar de éste tema. Precisamente porque hasta ahora es un grotesco rumor, el gobierno federal y EL PRESIDENTE MISMO, deberían hacer un comunicado y poner las cosas en orden.

Nos hemos mal acostumbrado a darle a los chismes y a los rumores valor de hechos históricos; y si bien sabemos que no por repetir una mentira mil veces se hará verdad, sabemos de buena manera (y las campañas de odio y temor del PAN y el PRI dan cuenta de ello) que un rumor mal intencionado repetido mil veces se hará un recuerdo perenne en la memoria colectiva.

Pero la peor política para acallar un rumor es la censura, eso es arrojar gasolina al fuego (por aquello del mexicanísimo "el que calla otorga")

Amigo de la Catarsis, por el bien de México hagamos las siguientes acciones:

- Exíjale a su presidente que SIEMPRE se conduzca con claridad y responsabilidad.
- Exija a su diputado local que SE PONGA A TRABAJAR.
- Exija para usted mismo mayor rigor informativo, para que los "medios de comunicación" no le vengan con Censuras de los asuntos importantes para la nación, y que mucho menos, le terminen llenando la cabeza (y el buche) con MAMADAS KALIMBESCAS como si fueran noticias de seguridad nacional.

Ya me desahogué.
Como siempre, ustedes tampoco se callen.