miércoles, 11 de septiembre de 2013

La Aldea Global es un pueblo bicicletero.


La plaza estaba llena.  Una multitud rodeaba el cadalso, sobre el cual se erguía un tocón de madera y una picota. Un murmullo que al principio era tímido comenzó a crecer cuando salió la corte del palacio.  Entonces la chusma distinguió al verdugo, y el rumor se convirtió en un auténtico zumbido de injurias y maldiciones por lo bajo.  Había mucho rencor, pero también excitación.

No era la primera vez que se ejecutaba una sentencia en ese lugar, era cada vez más frecuente.  La justicia en ese lugar era pronta y expedita:  Todos eran culpables.

De pronto apareció la víctima. Unos guardias llevaban a rastras a una jovencita que difícilmente habría visto más de 18 inviernos.

Aquella joven era la misma que días antes había señalado públicamente a su mentora de adultera y meretriz; sin contar que su víctima como venganza póstuma también la señalaría. Semejante acción fue celebrada por muchos de los cuales ahora clamaban por su sangre.

La multitud comenzó a gritar.  Era un clamor terrible, morboso.  También había algunos gritos que pedían la libertad de la niña, que el castigo era excesivo. Pero eran los menos… a veces una o dos Hienas se han saciado, pero por lo general la manada siempre tiene hambre.

Toda suerte de criminales habían pasado por ese cadalso y todos habían sufrido el suplicio: desde los clásicos putos y zorras, hasta los más inusuales monstruos como Bronnies pederastas, Narutards, pejezombies, Chairos, EPNdejos, morenazis, chakas o hipsters.  

Los azotes vinieron sin vacilación ni piedad: 4, 5, 6, 7 likes… 8, 9, 10 comments… 11, 12, 13 retweets.  La exposición en la picota es lo peor… no importa a dónde te vayas, ni que te cambies de escuela, de casa o de trabajo; seguro alguien vio el video en Youtube y lo compartirá de nuevo, o alguien utilizará tu foto y lo hará un meme.  Entonces el castigo volverá a comenzar.


Se había hecho justicia una vez más en el reino del Internet.

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